REFLEJOS PRIMITIVOS

¿Qué son los reflejos primitivos? 

Los reflejos primitivos son movimientos automáticos e involuntarios gobernados desde el tronco encefálico (la parte más primitiva de nuestro cerebro) y ejecutados sin mediación de la corteza. Su finalidad es proteger al feto y al bebé en sus primeras semanas de vida, y ayudar en el proceso de desarrollo neuropsicomotor posterior. Estos movimientos le permiten al niño atravesar el canal del parto, succionar, parpadear, bostezar, prensar el dedo de quien lo coloca en la palma de su mano, etc.

Estos reflejos deberían tener una vida limitada y dar paso a los reflejos posturales, controlados desde partes superiores del cerebro, avanzando en el desarrollo neurológico.

Si estos reflejos permanecen activos (no han sido integrados) habrá una inmadurez cerebral afectando a las habilidades motoras gruesas, finas, a la percepción sensorial, a las funciones cognitivas y al desarrollo emocional.

Cuando nos encontramos con reflejos no integrados posiblemente estaremos ante un retraso en el desarrollo neurológico. Para integrar dichos reflejos el terapeuta en TMR/BRMT, llevará a cabo un programa de ejercicios personalizado en función de los resultados de la valoración y realizará sesiones de supervisión para evaluar la progresión.

Al integrar los reflejos primitivos se crean conexiones neuronales en circuitos que habían quedado bloqueados y podemos observar resultados a nivel motor, cognitivo, visual, sensorial, coordinación mano-ojo e incluso emocional.

¿Qué es la BRMT?

Blomberg Rhythmic Movement Training son unos ejercicios rítmicos y suaves que se hacen tanto de forma activa como pasiva basados en los movimientos que hacen los bebés desde que nacen. Consiguen mejorar el tono muscular o relajar las tensiones y espasticidad. Los movimientos rítmicos del bebé crean conexiones entre las diferentes partes del cerebro consiguiendo así una madurez cerebral.

Kerstin Linde era una terapeuta corporal autodidacta, fotógrafa de profesión que observó los movimientos que hacían los bebés y desarrolló una serie de ejercicios rítmicos con el fin de conseguir el desarrollo neurológico y motor, así como la estimulación que los bebés consiguen a través de dichos movimientos. El Dr. Harald Blomberg al tener conocimiento de que tenía éxito con niños y adultos con discapacidades neurológicas severas, decidió conocerla y tratarse. Sus resultados fueron muy buenos así que permaneció junto a ella en la consulta observando y aprendiendo su metodología de trabajo. Fruto de este trabajo el Dr. Harald Blomberg escribió el libro: "Helande Liv. Cuoiditas discendi, AB 1998", que actualmente sólo se puede leer en sueco.

Kerstin Linde llamó a su método pedagogía y no terapia, ya que consideraba los movimientos rítmicos un método de enseñanza. El Dr. Harald Blomberg decidió llamar el método ampliado que había creado Rhythmic Movement Training o Terapia de Movimiento Rítmico, donde se trabaja con ejercicios que los niños pueden hacer en casa, acompañados y ayudados por los padres, para estimular la maduración de las vías responsables de la integración de los reflejos primitivos, necesarios para la evolución neuropsicomotriz del niño. Los propios que realizan los bebés de forma inconsciente para madurar su sistema nervioso central.

Incluyó los ejercicios con presiones isométricas que aprendió de la psicóloga rusa Svetlana Masgutova, poniendo el acento en la estimulación de la propiocepción y control motor.

Síntomas que pueden dar los reflejos cuando no están integrados:

• Dislexia y dificultades de aprendizaje.
• Malas posturas.
• Pobre coordinación mano-ojo.
• Poco equilibrio.
• Pobre coordinación.
• Problemas de lateralidad y movimientos cruzados.
• Malas posturas a la hora de escribir.
• Enuresis, y problemas para controlar esfínteres.
• Problemas de atención y concentración,
• Problemas para aprender a dar la voltereta, saltar a la pata coja o montar en bicicleta.
• Mareo por movimiento.
• Problemas de comportamiento, muy introvertido y tímido o agresivo.
• Palabras entrecortadas, lenguaje pobre y tardío.
• Hipersensibilidad a la luz, al tacto, a los estímulos visuales o kinestésicos.
• Mala letra.
• Hiperactividad.
• Se distraen fácilmente.
• Impulsividad.
• Problemas de organización...