Porteo de bebés

19.11.2019

El porteo está cada vez más de moda entre la sociedad de hoy en día pero.... ¿porteamos a nuestro bebé de forma correcta?

La respuesta a esta pregunta es el principal motivo por el cual hemos querido redactar este artículo. La verdad que si nos atenemos a lo que normalmente vemos por las calles de cualquier ciudad, la respuesta sería un rotundo "NO".

Hoy aprenderemos la teoría de como portear correctamente y veremos cuáles son los principales errores que cometemos al usar el método. Hablaremos de un porteo correcto, un porteo ergonómico, que respete los tiempos y etapas del niño, un porteo que aporte beneficios a su desarrollo y que además facilite los quehaceres en el día a día de los padres.

Quizás, sea esta última característica del porteo lo que lleva a muchos padres a probar el método. Y lo normal es que tras probarlo queden encantados porque, además de la libertad de movimiento al quedar los brazos y manos completamente libres, el porteo es una experiencia única que crea una estrecha relación entre hijos y padres.

También para el bebé, el poder estar tan cerca del porteador le transmite mucha seguridad y paz. Son muchos los beneficios que el método aporta a nuestro bebe, beneficios de carácter físico, mejorando su bienestar y desarrollo, y beneficios de carácter psicológico, por lo anteriormente referido a la seguridad, protección y tranquilidad. Por todo esto y más, lo normal es que este método guste, y sea cada vez más usado.

Debemos ser muy conscientes de que no vale portear de cualquier manera. Si erramos en esto, más que un beneficio para nuestro bebé estaremos poniendo trabas a su desarrollo. Así que, veamos cuales son los puntos más importantes del método:


Elegir un portabebés ergonómico.

Ya sea de tela o tipo mochila, el portabebés debe adaptarse al cuerpo del niño. No se trata de que el niño tenga que adoptar la postura que le dicte el portabebés. Eliminaremos de nuestra elección todos los portabebés preformados o rígidos.

Un portabebés que se ajuste a todo el cuerpo del bebé es lo correcto, que no se le queden zonas de su columna sin apoyo, casi podríamos decir que debe ser como una segunda piel. El bebé debe quedar sentado y contenido por la tela que tiene alrededor. Así, el peso del niño quedará bien repartido en el portabebés y también la carga para el porteador, lo que le beneficiara a ambos, resultara más cómodo y podrá llevarlo durante más tiempo.

Encontramos portabebés en el mercado en el que los bebés más que sentados van colgados con las piernas estiradas hacia abajo. Debemos evitar a toda costa este tipo de portabebés, ya que la zona genital no es una zona que esté diseñada para cargar peso, sino más bien todo lo contrario, es una zona especialmente sensible. Hay que procurar que el niño vaya más bien sentado, la espalda bien apoyada, de tal forma que la tela le dé un soporte como para dejarse llevar relajado.

No hay ningún porta-bebés perfecto pero debemos tener en cuenta que tenemos que estar cómodos los dos, tanto el bebé como el portador. Hay que elegir el que mantenga al bebé en la buena postura y que a nosotros nos resulte cómodo.

El tipo de tela con la que están fabricados los portabebés también es importante. El tejido de la tela o la mochila en sí, deben ser certificados. Deben de haber pasado sus controles de calidad, toxicidad y resistencia. No es recomendable utilizar telas que no hayan sido fabricadas y certificadas para el método, no vale cualquier tela. Al igual, debemos asegurarnos en todo momento que estamos dentro del peso máximo recomendado por el fabricante.


Saber cuál es la postura correcta y el porqué de esta.

Para ayudaros con esto vamos a explicar de forma resumida unos detalles de anatomía del bebé que van a influir mucho en un porteo correcto. Entendido esto, comprenderéis mucho mejor porque es tan importante una posición correcta al usar el método.

Debemos saber que la columna vertebral de un bebé no tiene la misma forma que la de un adulto, la típica "S" alargada que vemos al ver una columna adulta desde un lateral. La columna de un recién nacido tiene forma de "C", es decir, posee una sola curvatura que va desde su cuello hasta su sacro.

A medida que el bebé se desarrolla, es cuando las curvas van apareciendo. Primero la curva del cuello o lordosis cervical, que empieza a aparecer a medida que el bebé levanta la cabeza estando tumbado boca abajo. Más tarde, en el gateo y sus primeros pasos de forma erguida, primero con la ayuda de un apoyo y posteriormente solos sobre su propio peso, va apareciendo la curvatura en la zona lumbar, la lordosis lumbar. Pero no será hasta pasado unos años cuando estas curvas queden bien estructuradas y estables.

Muy importante también, para entender por qué debemos hacer un porteo correcto es tomar conciencia de la articulación que forma la pelvis de nuestro bebé con su fémur, la zona de la cadera para entendernos mejor. Si vemos un fémur, vemos un hueso  largo con una bola arriba, es la cabeza femoral. La pelvis a su vez, tiene una concavidad (acetábulo) preparada para alojar la cabeza femoral, permitiendo la estabilidad y el movimiento en todas las direcciones de la pierna. Esta articulación no está desarrollada, en gran parte es cartílago, y necesitará igualmente un tiempo para quedar bien estructurada. Esta es la razón por la cual es muy importante mantener la articulación en posición de coactación (cabeza femoral firme en su cavidad), por ello debemos siempre colocar al bebé en la postura de la ranita. Además, si un bebé tiene una displasia de cadera (propensión a la luxación), una mala posición al portear o el uso de mochilas poco saludables, no harán sino agravar el problema.

La posición de ranita permite que la cabeza femoral quede bien centrada en el acetábulo, desarrollándose toda la articulación de forma homogénea. De hecho, esta postura es la que adoptan las caderas de nuestro bebé en el vientre materno, digamos que es su postura natural y en la que se colocan los recién nacidos de forma espontánea.

Cuando adoptamos esta posición al portear, las rodillas del bebé deben quedar más altas que su culete, quedando este al nivel de nuestro ombligo y su cabeza debajo de nuestra barbilla pero sin llegar a tocarla, de forma que podamos darle un beso en su cabeza cómodamente. Esta es la postura correcta para el porteo.

Quien haya leido un poco sobre el método, seguro que ha escuchado aquello de que las piernas, junto a su cadera, deben forman una "M". Es lo correcto sí, pero debemos tener especial cuidado con esto, sobretodo en recién nacidos y no asumirlo literalmente. 

No se trata de forzar una apertura de piernas para dibujar esa "M", posiblemente un recién nacido no abrirá mucho las piernas. Lo normal, es que mantenga los pies juntos por lo que será el portabebés el que se adapte al tamaño del bebé. En esta etapa la posición correcta será más bien como si el bebé se posara con sus piernecitas sobre nuestro cuerpo. Telas o mochilas portabebés correctamente posicionados toman esta postura fácilmente.

La posición de ranita en vertical es además una postura fenomenal para evitar el reflujo, luchar contra los gases o ayudar a los bebés a que las sustancias de desecho salgan por el final del tubo digestivo, ayudadas por la gravedad y el movimiento.

Para portear de forma correcta, nuestro bebé debe tener la espalda en forma de "C". Esta posicion, además activa el bloqueo cervical, lo que impide que el bebé eche la cabeza hacia detrás de forma exagerada. 

Debemos evitar aplastarlo contra nosotros con la idea de asegurarlo bien, ni tampoco que quede tan holgado que pueda escurrirse dentro del portabebé adoptando posiciones peligrosas que no puede corregir por sí mismo. La tela debe contener a nuestro bebé, ya está! Y asegurarnos de que en ese punto queda anclado. Visualiza su columna en tu mente y procura que todas sus vértebras queden alineadas una sobre otra. 

Resumiendo todo lo visto en este punto, podemos afirmar que un portabebés ergonómico es aquel que permita al pequeño mantener la columna en cifosis global y sus piernas en forma de M. Siendo así podéis estar seguros de que el niño va a estar más cómodo, así como el porteador, además de ser más respetuoso y seguro con el desarrollo de los niños.


Niveles de soporte de un portabebés.

El portabebés debe ir adaptándose a cada etapa de desarrollo del pequeño, y los niveles de soporte también irán cambiando a medida que la estructura del niño se vaya consolidando. La altura de la tela que cubre la espalda por ejemplo, dependerá del control que tenga el bebé sobre su propio tronco.

  • Recién nacidos (0-3 meses): deberán estar sujetos hasta la cabeza, suavemente contra el pecho del portador dejando siempre libres las vías respiratorias
  • Bebés mayores (3-8 meses): irán sujetos hasta el cuello.
  • Niños (8 meses en adelante): irán sujetos hasta el hombro.




Saber cuales son las posturas que debemos evitar.

Existen posturas no recomendables incluso peligrosas que debemos evitar a la hora de portear.

Una de las más usadas, erróneamente claro está, es la de llevar al pequeño mirando hacia el frente. Cometemos este error por la idea equivocada de que el bebé estará más entretenido, o por el típico pensamiento de que le gusta ir mirándolo todo, mal! muy mal.

Si repasamos lo aprendido en el punto anterior, esta postura ni le permite llevar su columna arqueada, ni le permite llevar sus caderas en posición de ranita. Literalmente el bebé va colgando, por lo que es una postura antiergonómica totalmente. Además, esa sensación de protección y seguridad que le da un porteo correcto la pierde, ya que va como expuesto a todo, sin ese abrigo de su porteador al cual ni siquiera lo puede ver.

En el caso de que queramos permitirle un poco más de visión al mundo podemos colocarlo en nuestra cadera, siguiendo con las recomendaciones de una posición ergonómica. Esto le permite mirar tanto por delante como por detrás, podrá descansar sobre el cuerpo del portador apoyando su cabeza y no perderá el sentimiento de protección de ir abrazado a su porteador. Pero recordad, ya sea al frente, en la cadera o en la espalda, el pequeño debe ir siempre orientado hacia el porteador.

Otra postura que podemos pensar que es cómoda para el bebé es la posición acunada. No es recomendable portear de esta manera ya que con esta postura sus vías respiratorias pueden verse comprometidas, se cierran demasiado y pueden darse casos de asfixia. Hay que tener especial cuidado con esto, las vías aéreas deben quedar siempre despejadas y visibles. El bebé nunca debe llevar su barbilla nunca tocando su pecho.

Podemos usarla solamente si queremos dar el pecho sin sacar al bebé del portabebés, pero no podemos recomendar esta postura para usarla como postura habitual en el desplazamiento. Podemos estar de pie, dar el pecho para tranquilizar a nuestro bebé en un momento de llanto, pero deberemos volver a la postura de ranita en cuanto se calme.

Un bebé recién nacido no tiene ni siquiera la fuerza suficiente para manifestar si tiene dificultades para respirar. En el porteo, como en las posiciones que adoptemos para acunarlo o cualquier otra acción, debemos asegurarnos de que no tenga el mentón sobre el pecho, esto hace que las vías respiratorias se cierren. Por último, la tela no debe cubrir su cara, ni tampoco que su carita quede completamente presionada contra el cuerpo del porteador.

Esperamos les sea útil toda  nuestra información y consejos para un porteo ergonómico. Que os animéis a usar el método sabiendo lo que hacéis y con la seguridad de hacerlo bien. Todo esto se verá de forma más gráfica y practica en el "I Taller de Porteo" que estamos preparando desde nuestro centro para el día 15 de Enero del cual puedes ya reservar tu plaza.

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